Se trata de nuevo monumento en una ciudad ecuatoriana llamada mitad del mundo. Sería la torre más alta del planeta con 1600 metros, superando incluso a las muchos proyectos del medio oriente
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Madrid (ElPais.com).- Ecuador es el país más densamente poblado de América del Sur. Es el principal exportador de bananos del mundo. Es el que tiene la tasa más alta de concentración de ríos por kilómetro cuadrado. Es, además, gracias a su posición geográfica, el territorio que alberga la curiosa Mitad del Mundo, una ciudad de fantasía cercana a la capital, Quito, en la provincia de Pichincha. Justamente allí, donde hasta ahora la principal atracción turística es una línea amarilla pintada en el suelo, que simboliza la línea ecuatorial pero curiosamente está unos 200 metros corrida del lugar por el que pasa realmente, el gobierno local proyecta levantar una torre de 1.500 metros de altura, obra para la que eligió al arquitecto uruguayo Rafael Viñoly. Y así surgió el nombre de Viñoly, considerado uno de los mejores arquitectos del mundo y con el plus de ser latinoamericano. "Pensamos que eso iba a ayudar a que entendiera de mejor manera la cultura, el lugar y la necesidad del encargo", dijo Moya, quien viajó al estudio del uruguayo en Nueva York para plantearle la idea. Fue un encuentro "sui generis", reconoció Moya. Pero funcionó. En menos de 24 horas Viñoly tuvo lista una propuesta: una torre de cables tensados de 1.500 metros con tres anillos de diferentes alturas y un ascensor presurizado para subir hasta la cima. No se trata de un edificio, sino de una torre vacía, un monumento gigante que se emplazará en el lugar exacto por el que surca la línea equinoccial. Por su altura, superará los cerros que flanquean el lugar y desde la cumbre, teóricamente, se podrá ver el mar y la selva al mismo tiempo. Aunque no existe una "valoración final" del costo, se estima una inversión de 250 millones de dólares. El proyecto se presentó ante las autoridades, los medios de comunicación y los gremios profesionales locales en Quito el último febrero. Ocho meses más tarde, "todavía se encuentra en fase de discusiones", explica Moya. Rolando Goldstein, mano derecha de Viñoly y arquitecto a cargo del proyecto en el estudio neoyorquino, confirmó a Domingo que la idea existe, pero dijo que prefieren no hacer declaraciones hasta que haya un contrato firmado. Un proyecto de "esta naturaleza", dijo Moya, "es absolutamente polémico en cualquier parte del mundo", por lo que el equipo de trabajo decidió organizar foros y debates donde los profesionales locales -arquitectos, pero también sociólogos e historiadores- vuelquen sus opiniones y dudas. Viñoly, nacido en Uruguay pero radicado en Estados Unidos desde los años `70, tiene una destacada trayectoria internacional, con obras como el Foro Internacional de Tokio y el Jazz at Lincoln Center de Nueva York; también fue finalista en el concurso para la reconstrucción del Ground Zero, donde estaban las Torres Gemelas destruidas en septiembre de 2001. En Uruguay, es autor del nuevo Aeropuerto Internacional de Carrasco y el edificio Acqua, en Punta del Este. |